domingo, 22 de enero de 2017

EL NOMBRE DE NUESTRA PARROQUIA

Nuestra Señora de la Presentación, en el altar mayor de la parroquia torreña: foto de Maricarmen Niño (1º ESO).


EL ORIGEN DE LA DEVOCIÓN TRADICIONAL A NUESTRA SEÑORA DE LA PRESENTACIÓN


La iglesia parroquial de Torres de Albanchez recibe el nombre de Nuestra Señora de la Presentación, ¿qué significa ese título que se le da a la Virgen María?, ¿qué es la Presentación de Nuestra Señora?, ¿de dónde viene la tradición? Nicolás Grimaldos (de 1º ESO) ha buscado información y la comparte con nosotros.

Nicolás Grimaldos
(ESO)


El origen de la piadosa tradición surge del llamado "Protoevangelio" de Santiago, según el cual la Virgen María fue llevada a la edad de tres años por sus padres, San Joaquín y Santa Ana, al Templo de Jerusalén, junto a otras doncellas. Se describe la entrada de las niñas en el templo, portando lámparas, y la particular recepción de María por el gran sacerdote (denominado Yodae o Baraquías en la "Vida de la Virgen" de Epifanio el Monje), que profetiza su misión en la redención y la sitúa en un lugar de privilegio ("la tercera grada del altar"), donde la niña baila. La estancia de María en el templo, que se describe como un hecho milagroso (su alimentación "como una paloma" por un ángel -que nos prefigura la escena de la Anunciación), se inicia en un momento distinto en la narración de Epifanio ("regresaron a Nazaret y, cuando la niña tuvo siete años, de nuevo sus padres la condujeron a Jerusalén y la ofrecieron al Señor, consagrada para todos los días de su vida"), pero en cualquier caso se prolonga hasta los doce años; momento en el que el gran sacerdote, a quien en esta ocasión se le llama Zacarías (identificado como hijo de Baraquías en el texto de Epifanio), convoca un concurso para decidir con quién se casará la virgen María, lo que ya constituye otro episodio evangélico (los Desposorios de la Virgen).

El origen de la festividad fue la dedicación de la iglesia de Santa María la Nueva de Jerusalén, en el año 543; conmemorada en Oriente desde el siglo VI, de lo que hay referencias en una Constitución del emperador Comneno. Un gentilhombre francés, canciller en la corte del rey de Chipre, habiendo sido enviado a Aviñón en 1372, como embajador ante el papa Gregorio XI, describió la magnificencia con que en Grecia celebraban esta fiesta el 21 de noviembre. Se introdujo entonces esta devoción en la ciudad papal; posteriormente Sixto V la impuso en todo Occidente.


Torres de Albanchez es uno de los pueblos que tiene su parroquia dedicada a esta advocación, lo cual es un rasgo bastante singular.

viernes, 20 de enero de 2017

EL CASTILLO DE SEGURA DE LA SIERRA



Castillo de Segura de la Sierra: foto de la web Andalucía.org

Julia Rodríguez Bermúdez, 1º ESO del C.P.R. "El Collao" de Torres de Albanchez.

El castillo de Segura de la Sierra es una fundación islámica, profundamente transformado por la Orden de Santiago, que situó en él el centro de la Encomienda de Segura, y que llegó a ser residencia del Gran Maestre de la Orden de Santiago en el último cuarto del siglo XV.

Por un lado la delimitación geográfico-política; por otro, en el siglo XV se produce el tránsito entre la Edad Media y la Edad Moderna, fractura que ocasionó cambios de mentalidad de gran calado en la constitución de la sociedad moderna. Pero también es una frontera cultural, pues aquí es donde se encuentran y separan las culturas musulmana del reino nazarí de Granada y la cristiana.
 
El castillo de Segura de la Sierra ha sufrido a lo largo de la historia diversos procesos de abandono y desconsideración. Pues en los años 1960 tuvo lugar una restauración que, con mayor o menor fortuna, nos ha permitido la habilitación de este edificio histórico como espacio público. A finales del siglo XX y principios del XXI sufrió otro proceso de adecuación que, también, con mayor o menor acierto, lo afectó.
 
Es el castillo en el que pasó su niñez el poeta Jorge Manrique, pues su padre era el comendador de la Orden de Santiago. Y también lo tuvo que visitar el escritor Francisco de Quevedo que tenía amigos en Segura de la Sierra y también era de la Orden de Santiago. Aquí en Segura compuso Quevedo un poema al monte del El Yelmo que se ve desde el castillo. El poema lo ponemos ahí abajo.

Monte El Yelmo, desde Torres de Albanchez: foto Manuel Fernández Espinosa

El Yelmo de Segura de la Sierra (Monte muy alto al Austro)  
 
O sea que olvidado, 
o incrédulo del caso sucedido, 
o mal escarmentado, 
¡Oh peñasco atrevido!, 
llevas a las estrellas frente osada 
de ceños y de carámbanos armada;

debajo de tí truena, 
que respeta tus cumbres el verano,
y allá en tus faldas suena 
lluvioso y tierno caño; 
y donde eres al cielo cama dura, 
das a Guadalquivir cuna en Segura.
    
Por de más alto vuelo
te codiciara el águila gloriosa,
pues arrimado al cielo,
lo que no pudo él, osa;
sobre Olimpo nos muestras por momentos
las determinaciones de los vientos.

Escondes a la vista
el Yelmo con que Júpiter Tronante,
armado en la conquista,
si no te vio triunfante,
te vio valiente y animoso, y vemos
que hoy le arriman escalas tus extremos.

Coronado de pinos,
el cerco blanco de la luna enramas,
y en los astros divinos,
que son etéreas llamas,
te enciendes por turbar antiguas paces,
y al cielo vecindad medrosa haces.

Son parto de tus peñas
Mundo y Guadalquivir, famosos ríos,
y luego los despeñas
por altos montes fríos,
de tan soberbios y ásperos lugares,
que parece que llueves los que pares.

Baja recién nacido
Guadalquivir, y llega tan cansado,
que le ve encanecido
en su niñez el prado,
con la espuma que hace y con la nieve,
por duros cerros resbalando leve.

Ceñido en breve orilla,
llega a tomar el cetro de los ríos,
y en cercando a Sevilla,
le coronan navíos;
por ser tan noble su primera fuente,
que es de los cielos alto descendiente.

Con pasos perezosos,
al mar camina, como va a la muerte,
y en senos procelosos
por tributo se vierte;
donde yace del golfo respetado
por lo que en él Belisa se ha mirado.
 
Francisco de Quevedo